-Si hijo.
-Y, qué fue?
-Una hermosa nena.
-Oh que increíble y cómo se llama?
-Samantha...
Recordaba Antonio aquella conversación que sostuvo con su madre hacía ya 9 años, cuando él se encontraba en el internado, a sus apenas 11 años.Su tía Zusana, ¡ah cómo la quería!, había él siempre sido el consentido de la casa; su tío Beto era de lo mejor lo habían tratado siempre como un hijo y él así los amaba, recordaba aquella ocasión que regresó al internado del demonio.
5 años después regresó a casa de sus tíos a conocer a Samantha, era una niña hermosa, aún más bella que la tía Zusana, tenía unos ojos en esmeralda que parecían labrados por la mano de Dios; su rubia cabellera lisa peinado con esa diadema dorada lucía espectacular, muy menudita la nena estaba aprendiendo inglés, muy inteligente su bella primita.
-Qué hermosa estás nenita- decía.
-Gracias Toño- respondía la beba.
-Tía, tú nena está bellísima y tío que bueno que no se parece a ti, jaja- bromeaba.
-Já, buena broma- contestó Roberto.
Pasó la semana y regreso a Chihuahua al internado, pero algo raro le pasaba; no podía olvidar a Samantha, esa carita tierna y bella, esos ojos hermosos, su cuerpecito tan perfecto y ese vestido azul que traía puesto el último día era genial. Recordaba con gran afecto aquel beso que le dio a Samantha cuando se despidió y en su corazón el "te quiero Toño" que le dedicó la nena preciosa, algo sabía; esa niña estaba destinada para él...
Cuando regreso a su infierno, no dejaba de pensar en Samantha, el dibujo que le había hecho la beba le hacía feliz, que trazo en donde había puesto un monito que el comparaba con un "fulanito" tomado de la mano de otra monita más pequeña y con su letra estaba escrito arriba del monito "Toño" y sobre la monita "Sam" ese detalle le había robado el corazón.
Recordando a Samantha estaba cuando un duro golpe accionó su ser consciente, de pronto, sangre brotó de su nariz donde el golpe había impactado, él ya estaba en el suelo cuando reaccionó y no pudo más que soportar los golpes que le propinaban sus oponentes, contó 5 güeyes pero sentía tanto dolor que mejor cerró los ojos y no ver más; lo único que escuchaba eran carcajadas, dentro de ellas se entendía:
-Maricón!
-Eres un puto, pinche Toño!
-Ja ja ja.
-Esto es para que aprendas que con Ricardo Saldivar no te debes de meter puto.
Antonio ya no sentía su cara, había recibido patadas al por mayor, sin embargo hubo dos momentos en aquella ocasión que le marcaron ésa vez, el primero fue cuando su agresor recogió del suelo el dibujo de su Samantha y le grito "Antonio que puto eres" y lo rompió, junto con eso se le deshizo el corazón. El segundo cuando a pesar de que estaba en el suelo Ricardo tomó impulso e impactó con su pie en los testículos de Antonio, sintió un dolor agudo, el estómago le estaba a punto de reventar , "Ah!" chilló y después todo se volvió oscuridad.
Cuando despertó lo hizo en una cama dentro de un cuarto blanco, todo le dolía; tenía su brazo derecho con una férula, sus labios destrozados, su cara la sentía hinchada su abdomen le dolía, no sentía sus testículos y hasta donde podía observar tenía hematomas. Cinco minutos después llegaron sus tíos Roberto y Zusana junto con su mamá.
-Cómo te sientes Toño? -cuestionó Zusana.
-Bien tía gracias.
-Mira nada más como te dejaron hijo! -interrumpió su madre.
De pronto entró un Doctor "González" decía su gafete, -a ver hijo déjame examinarte- le dijo el doctor -hagan el favor de salir del cuarto- completó, sedaron a Antonio, después de 30 minutos dijo el médico a los parientes de Antonio que pasaran, a Antonio ya se le había pasado el efecto, seguía adormilado.
Entraron sus tíos y su mamá, él sólo escuchaba.
-Tengo varias noticias- comentó el médico.
-Qué espera?- expresó la madre de Antonio.
-Bien, primero su hijo ha sido violado muchas veces durante mucho tiempo.
-¿Cómo?- gritó la madre con un rostro sorprendido y en lágrimas.
-No podemos dar los detalles, sin embargo hemos encontrado restos de semen en el recto y desgarres en el mismo, hemos revisado que ha sido abusado sexualmente durante varios años ya- esperó- ahora, su hijo recibió un muy fuerte golpe en los testículos que ha dejado estéril, sin embargo puede llevar una vida sexual activa regular dentro de seis meses a un año dependiendo de él- realizó otra pausa- además tiene un brazo roto al igual que 2 costillas, hematomas en todo el cuerpo, y la cara, bueno ya lo vieron, tiene la nariz rota y se le ha derramado el ojo sin embargo no corre peligro-agregó.
Antonio no lo podía creer, ¿qué dijo el Doctor?, aguantó las lágrimas, escuchó el llanto de su madre y sus tíos, todos salieron a la orden del doctor y él detrás de ellos. Abrió como pudo los ojos y comenzó a llorar, qué le habían hecho? Después de todo solo un consuelo le quedaba, Samantha...
Pasaron los meses y se fue a estudiar a E.U. Era en apariencia un joven normal, no obstante por dentro seguía con su trauma hacia ya cuatro años. Ahora estudiaba Psicología era increíble, le encantaba; no había tenido novia ni relaciones después de haber conocido a su Samantha diario la recordaba y se recordaba que algún día sería suya se guardaba para ella se decía. Hacia ejercicio de manera regular se había labrado su cuerpo de manera escultural, cuando entró a la universidad se hizó un tatuaje abajo de su nuca era un eclipse de una media luna dentro de un sol que representaba para él estado perfecto entre Samantha su luna dentro de él representado por el Sol, se decía que era la conjunción perfecta entre dos personas que a pesar de las diferencias de la edad y de la sociedad podía estar juntas en un momento de intimidad perpetua. Sabía ahora que tenía tres pasiones en su vida destrozada:
- La Psicología
- El ejercicio en ginmasio
y
- Samantha...
Y haría todo lo que fuese necesario para estar con ella.
