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martes, 26 de agosto de 2008

Samantha...(4)

-Imaginen la vida de un hombre, con las siguientes características: Un día va caminando por la calle sin nada que pensar, con la cabeza viendo hacia abajo; teniendo un pobre trabajo, no pareja, familia o algo para amar; de pronto un olor a rosas se cuela por sus fosas nasales y éste le es grato tanto que le hace voltear a buscar de dónde proviene tan dulce olor, cuando su vista choca con un bello rostro que distraído le ve se da cuenta de que es ella a quien toda su vida ha buscado; es aquella señorita por la que ha sobrevivido todo este tiempo.

Ella complaciente le regresa y fija la mirada en él y como si ambos estuviesen conectados sonríen a la par; ella le extiende su delicada y blanca mano al saludarle y él tembloroso le regresa en gesto, el rose de su mano con la de ella es cálido, estrecha su mano sin mucha fuerza por temor a romperla que parece ser de porcelana; él se presenta y ella en seguida hace lo propio, conversan un rato largo y al final pactan una segunda cita.
De pronto todo se vuelve negro y en un instante la realidad entra en su vida de nuevo, él acostado en su cama, en el departamento que puede apenas rentar con su miserable sueldo, voltea con los ojos aún adormecidos y su cerebro decodifica que es hora de irse a trabajar; al reaccionar se da cuenta de que sigue solo y que todo fue un sueño...
En el relato- seguía el profesor Sergio Rocha- Observamos que los sueños en muchas ocasiones son lo que anhelamos, es por eso que nos creamos una fantasía por ellos, por ejemplo... ¿han escuchado la frase "deja de soñar"?.

-Claro- contestaron los alumnos, mientras Antonio se quedó pensativo callado.

-Conforme a lo que hemos escuchado hoy, ¿qué entiende por esa frase joven Morán?

-Para mi la frase tiene distintas interpretaciones; sin embargo, creo que el más interesante es cuando una persona se adentra tanto en su sueño que en verdad empieza por vivirlo, en el caso de este tipo de la historia, probablemente ya había visto a aquella fémina de rasgos hermosos y se ha obsesionado tanto que la sueña y sueña que ella es con él; ella por su parte ni se ha de acordar del rostro de este hombre; pero él la lleva muy dentro de sí, tanto que ese sueño se ha vuelto en parte su realidad y posiblemente le vaya a buscar hacer lo que sea necesario por ella, todo con tal de vivir su sueño...

-Un poco fuera del tema Morán, pero es interesante tu planteamiento sobre el futuro próximo al sueño, después hablaremos de eso mientras tanto; un ¡punto extra!

"TODO LO QUE SEA NECESARIO" se repetía Antonio al recordar en su habitación recostado en la cama boca arriba, aquella clase sobre los sueños con el profesor Rocha; sin duda había más que aprendido algo en esa clase, la clase le abrió los ojos al contestar esa pregunta que le hizo el profesor, incluso Antonio mismo se había dicho esa vez que haría todo lo que estuviese en sus manos para estar con su Samantha.

Ya había empezado aquel trayecto ahora no podía ni quería retractarse de su decisión ya estaba muy lejos para poder regresar y para darse ánimos se recordaba que día tras día faltaba menos para estar con su Samantha; ya la extrañaba mucho la necesitaba con él cuanto antes. De pronto como un haz de luz llegó a su mente, su tatuaje en el brazo derecho esa flecha alada que le recordaba lo que él ahora era y los beneficios que ésta le traía y trazó la parte final de su plan para regresar a Samantha hacía él.

Desde que estaba con el Chiricuas, Antonio había hecho ya muchas atrocidades y delitos, se tenía la confianza del Chiricuas y el apoyo de éste para hacer lo que quisiera, además nadie conocía su identidad, pero no había nada en el mundo que quisiera más que su Samantha. Después de haberse entrenado para ella sólo le quedaba hacer lo que había planeado y decidió comenzar en seguida así que llamó a su tío.

-Pá, ¿cómo estas?
-Bien hijo, ¿y tú?
-Pues bien Pá nada más para decirte que iré a la casa el próximo fin de semana sólo para despedirme ya me voy a Inglaterra el domingo.
-Perfecto hijo, mira tal vez no estemos en casa cuando llegues pero ya sabes como entrar ¿cierto?
-Si pá, el número de seguridad es 1089551302...
-No, lo cambiamos ahora es 1124816320...
-Oh!, ok pá, entonces yo entro sino están, los quiero se cuidan...

Ya tenía el número de seguridad de la casa, sabía que no había cámaras en la casa y que el servicio doméstico descansaba los fines de semana, sólo se quedaba una sirvienta vieja que todo el día dormía, "hoy tengo que hacerlo, no habrá de otra" se decía; después sintió una serie de cosas, miedo, vértigo, ánimo todo sentía en ese momento y se dijo "por fin, por fin tendré a Samantha esta noche".

Eran ya las 7:00 am. del domingo 23 de Febrero y contaba los minutos para ir por su Samantha el hecho de recordarla le daba una necesidad de poseerla inmensa, y le provocaba una erección como nunca antes la había tenido; ya sólo quedaban 5 horas para tenerla entre sus brazos, todo lo tenía listo desde hacía ya más de un mes, la habitación en Puebla era perfecta, se encontraba en un pueblo a dos horas de Puebla, era una casa que tenía dos recámaras, un baño y una sala, le había dicho al chricuás que iría a esa casa a dejar a alguien, el Chiricuas le entregó las llaves y un celular; afuera le esperaba ya un cavaliere 97 en blanco algo para no llamar la atención y ya había hablado con 5 personas para que cuidaran a su niña diciéndoles que les daría un millón de pesos a cada uno después del rescate. Así que ya todo lo había planeado a la perfección y era ya la hora de actuar.

-¡Samantha!- Gritaba Zusana de Morán, una señora de ya 35 años que simulaban 25, muy bien conservada, tez blanca y ojos en esmeralda que le había heredado a su hija, su cuerpo era espectacular, a pesar de ser sumamente rica no se había operado nada creía en el ejercicio para conservarse joven, tenía mucho aún del cuerpo de la modelo que fue hacía ya un par de años, curvas como hechas por un escultor, senos firmes y perfectos, cadera amplia y unas piernas de ensueño.

-¿Qué pasó mami?- Respondió una hermosa niña de 9 añitos, vestía un bello vestido en amarillo con un listón rojo atado a la cintura, su belleza era solo comparable con la de su madre, incluso algunos decían que la excedía por mucho y sus ojos color esmeralda hacían que su ternura se derramará por ellos haciendo que cualquiera se perdiera en esa inocente y preciosa mirada.

-Vámonos, iremos a Perisur a comprar ropa.

-¿Y un juguete mami?

-No amor hoy no.

-Por favor mamita.

-No princesa solo ropa.

-bueno mami...

-¿Quieres ir o mejor te quedas?

-La verdad no mami, tengo mucho sueño aún.

-Pero caramba ya van a ser las 9 Samantha.

-Ay mami, es Domingo anda, ¿me puedo quedar a dormir en la casa?

-Ok, pero quiero que no te desarregles porque al rato iremos a casa de tu tía.

-Si mami, gracias; te quiero- le dijo dándole un beso en la mejilla.

-Te amo princesa cuidate mucho y al ratito regresamos tu papi y yo.

-Si mamita.

Zusana salió de la casa acompañada de su esposo el "gran" Roberto Morán; era un hombre de 38 años, que sin duda los disimulaba tan bien como ella, de un cuerpo muy estético, con una sonrisa odiada por cualquier agente 007, pelo castaño y ojos en café claro, además de un porte impresionante; con rumbo a perisur.

Antonio estaba desesperado, ya eran casi las 11 de la mañana y deseaba que el tráfico fuera más rápido faltaba media hora de camino aún; pero el tráfico le hacía pensar que tardaría más; sin embargo esto le hacía reflexionar cada paso hacia su Samantha, según sus secuases le habían informado que los Morán habían salido y otro le comento que estaban en Perisur, tenían mucha suerte no había que matar a nadie; Antonio les dijo que esperaran y que estuvieran alerta.

11:30 am. el tráfico seguía lento; pero ya casi llegaba 15 minutos cuando mucho, casi podía oler a Samantha y esto le provocó euforia y una adrenalina incontenible, de pronto un golpe le regreso a tierra, alguien le había chocado por detrás, Antonio hizo caso omiso al golpe; sin embargo, el dueño del carro se bajó y le hizo de palabras, Antonio no escuchaba, seguía enfocado en su Samantha y un golpe en el rostro le hizo volver a la realidad.

-A ver chámaco, hazme caso ¿Quién me va a pagar el golpe?- decía el tipo.

-Yo no- dijo Antonio.

-¿Cómo de que no hijo de tu chingada madre?- ofendió el tipejo.

-¿Qué diablos quieres?, carajo- se molestó Toño.

-Saber quien va a pagar esto.

-No tengo idea y me vale, ahora deja de molestar y ¡largarte!.

Un nuevo golpe en la espalda le hizo acción su ira, volteó y al instante se le deformo la cara en gesto de enojo total, extendió el brazo con el puño cerrado a una velocidad impresionante y el tipo solo sintió un golpe que le rompió la boca después cayó y Antonio arremetió contra él a base de patadas dejándolo tirado en la calle en medio del tráfico; la gente solo observaba la batalla con asombro, pero nadie hacia nada para detenerla.

Cuando dejó inconsciente a su oponente Antonio subió a su cavaliere y siguió tranquilo, había por fin saciado su sed de violencia y adrenalina, ahora pensar con la cabeza más fría. "sólo 5 minutos para ir por ti mi Samantha" se decía.

5 minutos después, siendo ya las 12 del medio día, llegaba Antonio a casa de su tío, era increíble que a pesar de ser el tan rico invirtiera tan poco en su seguridad,cualquiera podía entrar a aquella casa, era algo que no entendía,¿por qué su tío estaba tan despreocupado por la seguridad de su familia y la de él mismo? ya no le importaba estaba a escasos minutos de ver a su Samantha.

Antes de entrar se detuvo a hacer por última vez la revisión del plan, era fácil ejecutarlo, sin duda; pero había que estar coordinados.

-Gato!- Gritó Antonio a uno de sus secuaces de pelo negro lasio y de piel morena que llevaba puesta una playera en negro con un estampado que decía en letras blancas "Hot"- tú me esperas en el auto; yo iré por nuestra víctima, solo; la traigo la subimos al auto y nos vamos en chinga.

-ok- contestó

-¡Topo!- Llamó a otro que era pelón y bajo de estatura además de obeso, tenía puesta una playera café lisa- tú estarás cubriendo la zona este, en cuanto alguien pase un radio de 5 km. me avisas.

-Claro- Contestó.

-¡Toques!- Gritó a uno más que era de 1.5 mts. de estatura, con gorra en blanco y rojo, vestía una playera deslavada que alguna vez fue morada y tenía bigote- tú cubres por el sur mismas órdenes que al topo.

-Esta bien- contestó.

-Güero- le dijo a un afro americano de 1.80 de color de piel negra y con un cuerpo atlético, llevaba puesta una playera interior en blanco apretada que dejaba ver un gran pecho y brazos impresionantes- me cubres la puerta y si alguien se acerca lo matas igual si te digo que hay problemas aquí adentro.

-Va- contestó.

-¡Tepache!- era un hombre que llevaba puesta una camisa de vestir en negro que combinaba con su pantalón del mismo todo de vestir- me cubres el norte y si alguien se acerca lo madreas.

-Perfecto-contestó.

-Bien señores a lo que hemos venido, tenemos que hacerlo de la siguiente manera yo entro en 2 minutos, busco a la niña la duermo y salgo con ella en 10 minutos 15 cuando mucho y salimos como rayo así que tenemos 17 a 20 minutos para hacerlo sino salgo les hablo y entran todos ¿entendido?

-Sí-contestaron al unísono.

Antonio sentía un dolor en el estómago, como mariposas, mientras su mente estaba llena de Samantha, 2 minutos le separaban de ella, había llegado el gran día.

Entró a la casa de su tío, abriendo la puerta seguido de esto sonó un zumbido, rápidamente fue a la caja de seguridad y tecleó 1124816320 casi 2 segundos después el zumbido cesó. Siguió por la casa, la reconoció desde luego, pero había cambiado mucho desde la última vez que estuvo ahí; subió por las escaleras sin dejar huellas; llevaba puesto en las manos guantes de látex su playera American Eagle, pantalón Levi´s y sus puma negro "su ropa de la suerte" no se había puesto ese pantalón y playera desde su encuentro contra el Yoda, mismo que salió vencedor, sus puma nunca se los quitaba; llegó a la parte de arriba y los cuartos se dejaron ver, era fácil reconocer todos, había varios cuartos; sin embargo, sólo había una decorada puerta en rosa y detalles en blanco, donde en la parte de arriba decía "Samantha"; el hecho de sentirse tan cerca de ella le dio una impresión como nunca antes, toda su vida había esperado este día y hoy se cumplirá, era como si el hombre de la historia del profesor Rocha realizara su sueño, el siempre se había comparado con él y estaba cumpliendo su sueño, si el profesor Rocha lo viera ¿Quien podría decirle a Antonio que dejara de soñar?

Tomó aire y fue a su encuentro con Samantha hacia a aquella segunda cita, a ver culminado el sueño de toda su vida; se acercó titubeando a la puerta ya podía ver a su Samantha; giró la perilla poco a poco evitando hacer ruido, abrió la puerta despacio y entró poco a poco, cuando hubo terminado observo detenidamente el cuarto, todo estaba impregnado de ella, era una utopía cuadros de princesas de Disney, todo en rosa y su bello aroma; buscó con la mirada y encontró lo que había estado buscando.

En la cama, se formaba un pequeño bulto en posición fetal, estaba tapado con un cobertor rosa y dejaba ver una cabellera rubia; Antonio quedó pasmado contemplando tan grande belleza, su respiración se torno cada vez más rápida hasta que se hizo un jadeo, sentía algo distinto una serie de emociones encontradas, se acercó poco a poco hacia su Samantha tratando de hacer el menor ruido posible, de la bolsa sacó un algodón y alcohol, acto seguido destapó a Samantha; se dio cuenta de que era todo lo que esperaba aún más, superaba sus expectativas, era perfecta y ese vestido amarillo le quedaba divino con su cabello; le puso el algodón en el rostro Samantha despertó al instante pero sus gritos se vieron ahogados por un algodón, Antonio sintió una fuerte erección y deseos de poseerla ahí mismo; se contuvo con todas sus fuerzas y se dedicó a seguir su plan.

Samantha, pataleaba y sus ojos lloraban, segundos después todo se hacía negro, "¿qué esta pasando?" se preguntaba hacia sus adentros; no entendía nada todo era confusión y después sólo oscuridad absoluta.

Antonio se sentía en extremo bien, todo había salido a la perfección, cuando vió que su Samantha estaba inconsciente, se agacho hacia ella e hizo contacto con sus labios a los de ella, dejándose llevar por un beso infinito, que le llevaba a otro mundo, fusionandose en uno solo como su tatuaje, mientras con la mano recorría todo su hermoso cuerpo era perfecto decía estar soñado, ahora entendía al hombre de la historia, pero todo era real, después de 10 segundos del beso, cargó a Samantha sobre su espalda y salió de la casa sigilosamente sin un vidrio roto, puerta forzada y con su Samantha, todo había salido bien.

Llegó al auto, gato lo encendió y los demás se subieron, aceleraron el auto y salieron de la zona con rumbo a Puebla; Antonio se sentía libre por fin había logrado su sueño, era hora de vivirlo y ser feliz con su Samantha.